Traducido a Tu modo!!!

22 oct 2010

Ahora puedes traducir la pagina en cualquier idioma, desde el Ingles hasta el Chino. Solamente debes seleccionar el idioma preferente ubicado en la columna derecha del principio, esperar que cargue nuevamente el blog, y listo.

Ahora puedes agregar comentarios de forma anonima!!!

Se ha abierto la opción de comentarios para aquellos que quieran publicar lo que le parezca sobre las entradas de forma anonima o con diferentes cuentas.

Haciendo Jardín

Los Alumnos de 4to de Economía realizaron jardín en uno de los laterales de la escuela, que hasta entonces estaba baldío. En etas imágenes se observa el trabajo y desempeño de los chicos. Las plantas fueron provistas por ellos.

Algo más lindo de ver ¿no?







Educación Vial

20 oct 2010

Los alumnos de 4to año de Naturales y 3ro de Economia presentaron el Proyecto de Educación Vial en el establecimiento educativo.
Expusieron un PowerPoint elaborado por ellos, y unos videos.

Links de los videos que presentaron:
http://www.youtube.com/watch?v=n_akPaimsj8
http://www.youtube.com/watch?v=d8XGB-CuKZY

19 oct 2010


Pintando Salones

Los alumnos de las modalidades de 1er año, 2do año/técnico, 3ro de Economía y 3ro de humanidades, han renovado su área de trabajo de todos los días; Lijaron y pintaron las paredes de sus salones, dejando a los mismos, mas lindos y distintivos.
¡Buen trabajo chicos!... y ¡Felicitaciones!
















14 oct 2010

Cuentos de Primero D

5 oct 2010

Los cuentos de Primero “D”

Este año (2010), las chicas y los chicos de 1er año D escribieron cuentos. Algunos se les ocurrieron leyendo cuentos publicados por otros autores, como el de “Los viejos interminables”. Otros los hicieron imaginando el final de una historia inventada entre todos, como la de “La noche en el cementerio”. A veces se pusieron a imaginar diálogos locos entre animales, o entre vecinos del barrio, o entre utensilios de cocina… Hay de todo un poco.
Acá se los presentamos para que ustedes también los disfruten.

Prof. Adrián Linari
Escuela de Enseñanza Media N° 314
Romang, Santa Fe




Me llamo Antonella Anahí Alonso.
Tengo trece años. Ayudo a mi familia en las labores y además estudio.
Me gusta jugar, divertirme con mi familia y mis amigos. Me gusta la forma como me divierto y mi modo de ser. No me gusta cuando le falto el respeto a mi familia. No odio nada, pero me molesta cuando me mandar a hacer los mandados. Me alegro cuando me regalan algo, cuando me llevan a pasear o cuando me ponen notas altas. Lo que me entristece es cuando pienso que mis abuelos no estén más; entonces no sé lo que voy a hacer.
Mi barrio es callado y divertido. Me gusta cuando hacen fiestas y nos reímos. No me gusta cuando los vecinos discuten o pelean. En él hay gente que trabaja de albañil, de costurera, de maestro y de asistente social. Los fines de semana, los vecinos se van a visitar a sus familiares.
Me sueño festejando el año que viene mis quince con mi familia reunida y todos mis amigos. Espero estar con ellos cuando terminemos la secundaria y que más adelante nos volvamos a ver porque no me gustaría que nos separásemos. Dentro de cinco años voy a tener veinte años. Espero que para entonces encuentre una pareja fiel y que no me engañe y que mis amigas tengan la misma suerte para que todas seamos felices. También espero que mis abuelos estén vivos. Para dentro de diez años me veo casada, con marido y una nena y un nenito. Quiero viajar a España y comprarme un auto, una moto y disfrutar de la vida como todos los demás.
Mi gran día será cuando encuentre mi verdadero amor, que haga con él la pareja correcta y que nunca nos separemos. Y viajar a muchos países y que mis familiares me hagan regalos.


Un diálogo de locos
Borracho: -¡Hola, amigos!
Sordo (haciéndole señas al borracho): -¿Qué decís?
Borracho: -Les quiero presentar a mi amigo, que es un hombre serio.
Hombre serio: (no dice nada)
Borracho: -Mi amigo no habla mucho.
Pescador mentiroso: ¡Ah, bueno! Yo tengo un castillo en la isla.
Borracho: ¿No nos invitarías a tu castillo!
Pescador mentiroso (se muestra preocupado).
Sordo: ¿De qué están hablando?
Borracho: De nada. ¿Por?
Pescador mentiroso: Otro día podrá ser.
Hombre serio (mirando al Borracho): Vámonos de aquí.
Borracho (llorando): Y bueno, hasta luego.
Sordo (también mira al borracho): ¿Qué te pasa?
Borracho (apoyado sobre el hombre serio): A mí, nada.
Pescador mentiroso: Entonces será hasta luego.
Y todos se despiden para irse tranquilos a sus casas.


El conejo y la ardilla
- ¿Hola como andas?-pregunta el conejo
- Bien -contesta la ardilla
- ¿Sabías que los conejos comen zanahoria? –le cuenta el conejo a la ardilla.
- Sí, eso es algo que todos ya sabemos.
- No es cierto. ¿Cómo yo me acabo recién de enterar?
- ¿Cómo no vas a saber?
- Bueno, recién me enteré.
- ¿Y sabés qué comemos nosotros? -pregunta la ardilla.
- Sí, sé lo que comen ustedes. ¿No comen nueces?-pregunta el conejo.
- Sí, comemos nueces. Se ve que algo sabes de lo que comemos nosotros-dice la ardilla.
- ¿Viste que algo sé? No soy tan burro -le dije el conejo.
- Bueno, fue un gusto conocerte -saluda la ardilla.
- Igualmente -exclama el conejo.
- Bueno, ojalá que nos volvamos a ver –se despide la ardilla.
- Si, adiós.


Una noche en el cementerio
Es de noche y hay neblina. De repente suena mi celular y es una amiga que me llama. El lugar a donde debo ir porque ella me espera es el cementerio. Como no quiero que piense que soy una miedosa me abrigo y me voy. Diez minutos después entro al cementerio. No veo nada porque la neblina está espesa y encima se corta la luz. Llamo a mi amiga y entonces alguien me toca la espalda y escucho una voz desconocida que me dice hola. Encima cantan búhos y grillos.
-¿Quién sos? -dice esa voz gruesa y rara-. ¿Cómo llegaste hasta aquí?
Yo, muerta de miedo, no le podía contestar.
De repente, de la neblina aparece un fantasma sentado en una tumba y llamando a sus demás compañeros me ordena que me largue de allí porque si no me iban a llevar a la muerte.
Llega mi amiga y desaparecen los fantasmas. Ella me pregunta qué he visto porque tengo la cara llena de susto y le cuento que se me aparecieron unos fantasmas. Pero ella no me cree.
Una semana después se le aparecen a ella. Viene a verme para contarme lo que le pasó y yo sí le creo porque lo mismo me sucedió a mí.


Diálogo entre bichos
Mosca: -Hola a todos.
Hormiga: -Hola, amigos.
Cucaracha: -¡Hola! ¿Andan todos bien?
Mosca: -Yo no porque, como ven, estoy encerrada dentro de una botella.
Hormiga: -Yo también me siento como vos porque perdida dentro de esta azucarera.
Cucaracha: -Yo en cambio no tengo que hacer nada.
Mosca: -¡Ojala yo estuviera en tu lugar!
Hormiga: -Yo también quisiera estar en tu lugar, tan libre.
Cucaracha: -Yo las voy a liberar a todas.
Mosca: -Gracias, cucaracha, por salvarme.
Hormiga: -¡Gracias, Cuca! ¡Gracias por todo!



Me llamo Evelín Aranda. Me dicen Eve y tengo catorce años.
Me gusta escuchar música, bailar, joder, estar siempre feliz y evitar entristecerme por algo. Además me gusta andar bien vestida, tener calzado, abrigo y que en casa no falte la comida. Y los dibujos que hago y los poemas que escribo. Me gusta mucho llevarme bien con la gente, no meterme en líos. Pero lo que más me hace feliz es que mis padres se lleven bien y no tengan peleas jamás. Me pongo triste cuando le alzo el tono de la voz a mi mamá, porque sufre. No me gusta que mis hermanos toquen mis cosas. Odio que me tengan que decir qué hacer, excepto en la escuela, claro. Pero en casa odio limpiar mi cuarto, doblar o guardar ropa…
De mi barrio no me puedo quejar porque es tranquilo; nunca hubo peleas ni allanamientos. De vez en cuando, los vecinos escuchan música.
Dentro de un año me veo en mi fiesta de 15, festejando con toda mi familia y amigos. Cenando, brindando, sacándome fotos, cortando la torta, bailando…También deseo que todos mis amigos la pasen bomba. Que quede de recuerdo que fue una noche inolvidable y única, que fue divertida y llena de inesperadas sorpresas.
Dentro de cinco años… Bueno, antes yo me imaginaba teniendo una moto. Pero estamos hablando de ir de acá a China…jajaja. Hoy, dentro de cinco años, me imagino en Mar del Plata estudiando Geografía y visitando a mis tías y primas, teniendo mi propia notebook, mi trabajo, mis negocios, porque mi sueño más querido es ser dueña de mi propia tienda de ropa.
Dentro de 10 años lo que espero con más ansias es que mi familia está siempre unida, que mis padres puedan estar junto a mí y a mis hermanos y conozcan a sus nietos. Pero antes que nada quiero terminar de estudiar y recibirme de profesora de Geografía y tener mi propia casa, mi propio trabajo, vestirme por mi propia voluntad y vestir a mi familia


Conversación sin cabeza

Borracho: ¿Usted me esta hablando en serio? Yo nunca vi un pez gato con forma de caracol. ¿Usted esta bien?
Pescador mentiroso: ¡Pero se lo aseguro! Yo vivo en el río y esa noche ni yo lo podía creer cuando lo vi.
Borracho: ¡Pero nooo! Ese día mi mujer se estaba muriendo. ¿Te acordás que después festejamos con un Mar de Arena rosado? ¡Ja ja! ¡Qué onda, loco! ¡Ja ja ja!
Pescador mentiroso: No, si tu mamá me llamó y me dijo que iba a venir ese fin de semana. Pero no la vi porque me había ido a pescar. Y fue justo cuando vi al pez gato con forma de caracol.


La liebre y la tortuga

La liebre le apuesta a una tortuga una carrera y la tortuga le contesta:
-Está bien, pero yo juego a mi manera.
-Okey- le dice la liebre-. Como vos quieras.
La carera arranca y la liebre dispara primera. La tortuga aprovecha y se pone de acuerdo con las demás tortugas. Al ver que nadie la sigue, la liebre se pregunta:
-¿Dónde estará la tortuga? ¿Habrá salido de la largada?
Luego cruza a la tortuga, que le dice:
-Amiga, apurá el paso porque saldrás perdiendo.
-¿Pero tan rápido caminás? ¡Si hace un rato no te encontraba! –se asombra la liebre.
-Todo es posible -le contesta la tortuga-.Pero apurate por que estoy a pocos metros de la llegada.
-¡No puede ser! -dice asombrada la liebre-. ¡Si faltan nada más que unos metros para la llegada!
-Sólo apurate -le contesta de nuevo la tortuga.
La liebre la pasa, pero más adelante vuelve a cruzarse con la tortuga, pero no se da cuenta de la trampa. Alcanzan la llegada y dice al ver que la tortuga la está esperando:
-¡No puede ser que me hayas ganado, si yo iba adelante tuyo!
La tortuga le contesta:
-Perdoname, amiga, pero si yo no hacia trampa me ibas a ganar.
La liebre dice:
-Ganaste. Pero la próxima vez tratá de jugar una carrera limpia.
-Está bien, discúlpame -dice la tortuga y se despiden.


Una cucaracha, una mosca y una hormiga
LA CUCARACHA: Hola… ¿Cómo están?
LA MOSCA: Yo estoy re mal porque por querer tomar un vaso de jugo me quedé encerrada en esta botella y no sé como salir. ¡Qué mal!
LA CUCARACHA: Me gustaría ayudarte, pero el pico de esta botella es muy chico y no puedo pasar.
LA HORMIGA: ¡Oh, noooo! Yo estoy pasando por lo mismo pero vos a mí sí me podés ayudar. Estoy encerrada pero el pico de este frasco es muy grande y estoy segura que me ayudarías a salir de aquí.
LA CUCARACHA: Bueno, a ver cómo hacemos.
LA HORMIGA: Sólo entrá y agarrame una patita.
LA MOSCA: ¡Wé! ¡Soy feliz, pude salir y con mi propio esfuerzo!
LA CUCARACHA: ¡Qué bien, amigos! ¡Fue un gusto hablar con ustedes! Nos vemos. Se cuidan ¿eh?
LA MOSCA: Listo amiga, está…
LA HORMIGA: Hay muchas gracias…



Soy Emiliana Medina y me dicen Morocha.
Tengo quince años, voy a la escuela, me gusta juntarme con amigas. No odio a nadie ni a nada, aunque no me gusta esperar.
Me alegro cuando pasamos un domingo en familia. Lo que me da tristeza es cuando hay discusiones en casa. Me gusta mi cuerpo pero no me gusta mi carácter. Por suerte tengo un papá que me quiere mucho y una familia muy especial.
Mi barrio es muy tranquilo y lindo, se llama Barrio Obrero. Tiene negocios, una capilla, un dispensario, un SUM, una cancha de fútbol y otra de vóley. Los domingos comen asado y juegan a la pelota. Los vecinos trabajan en el campo o en la fundición y van a la isla.
Para dentro de diez años sueño con alguien que me quiera, me respete que sea una buena persona y que me vaya bien en lo que me proponga. No sueño con tener hijos pero si vienen, tendré que aceptarlos. Y sobre todas las cosas, que siempre haya salud, amor y paz.
Al mejor día de mi vida me lo imagino pasándolo con la persona que más quiero en un lugar lindo, besándonos mucho, como si fuera el último. Pero que ese día no se acabe nunca.


Tengo ciento cincuenta años…
Hoy en la mañana, me fui a lo de una amiga y decidimos salir a caminar por la plaza del pueblo, como lo hacíamos antes. Nos íbamos hablando, acordándonos de cuando teníamos quince años, cómo eran las cosas en aquella época. Pero nosotras, con los ciento cincuenta años que tenemos, parecemos unas chicas de quince.
Cuando veníamos de vuelta, una moto chocó a mi amiga Ana. Pero por suerte está bien, no se hizo nada. Así que nos fuimos a la casa a tomarnos unos mates y después yo me fui a mi casa.





Me llamo Leticia Cardozo. No tengo sobrenombre. Nací el 11 de octubre de 1994 y tengo quince años. Me encanta limpiar y ayudar a mi mamá, aunque odio hacer los mandados. Me alegran las fiestas. Lo que más me gusta es hacerles el bien a todos. Me entristece cuando pelean los chicos. No me gusta mi comportamiento.
Sueño con cumplir 18 años e irme a estudiar a otra parte. Quiero estudiar para ayudar a mi familia y a los que me necesiten. Mi sueño es terminar la escuela y ser policía. Mi mejor día será cuando esté viviendo sola para poder trabajar y pasear con las amigas y amigos que más quiero.

El perro y la gallina se desconocen
La gallina y el perro escarbaban para buscar gusanos. En eso, el perro le dijo a la gallina:
-Te voy a decir algo importante: yo busco mis cosas y vos buscás las tuyas, porque yo no soy tu sirviente.
-Pero si yo soy tu amiga –dijo la gallina.
-A mí no me importás- dijo el perro y la gallina se puso a llorar.
Pero el perro, después de que la corrió, se acordó de cuando se conocieron. Recordó que eran dos amigos. Y se arrepintió de haber corrido a la gallina. Él mismo la salió a buscar con toda la lluvia. Encontró a la pobre gallina debajo de una cantarilla. Se acercó y le pidió disculpas.
La gallina tardó en contestarle porque estaba dura de frío.


Así es un día en mi barrio
Un borracho salió de un boliche con su compañero y afuera lo estaban esperando para pegarle. Pero no pudieron porque el compañero no estaba borracho y llamó a la policía. Al rato vino la policía y lo acompañó a su casa y los otros dispararon.
Mientras, un sordo estaba conversando con una señora, pero él no entendía lo que la señora le decía. Así que tenía que hacer señas con las manos para hacerse entender. Y le fue bien.
Entre tanto, un pescador había llegado de la isla con trescientos pescados y salió a venderlos por el pueblo. La gente venía corriendo a comprar pescado y a lo último vino un hombre a buscar pescado y el vendedor ya no tenia más. El comprador le insistió para que le vendiera y el pescador le dijo que fuera a la casa para comprobar que en verdad no le quedaba nada. Pero el hombre salió gritando que el pescador era un mentiroso.


Una noche de accidentes
En la salida de mi pueblo hay un accidente y en el hospital hay un médico que está de guardia. El paciente que le trajeron llegó muy grave y lo tienen que pasar a otro hospital para operarlo porque está quebrado en muchas partes.
El médico está muy apurado porque ya se hace de noche y él tiene una cena y no quiere llegar tarde porque va a quedar mal. Entonces llama a otro médico para poder retirarse.
Se va a la casa a bañarse y sale con la mujer en el auto. Por el camino lo llaman de la escuela donde estudian sus dos hijos. Le dicen que tuvieron un accidente cuando salían a visitar a sus padres
En lugar de ir a la cena, el médico y su mujer tienen que viajar hasta el hospital de Chubut para ver cómo siguen sus hijos accidentados.




Yo soy Celeste Tortella y me dicen Tina. Tengo catorce años y en mi tiempo libre escucho música, miro TV y tomo mate con mi hermana.
Los que mí me alegran son mis amigos y mi hermanita. Lo que más me interesa es que mi familia siempre esté bien. Mi familia es un poco loca pero buena. Lo que me gusta de mí es que soy muy alegre. Lo que no me gusta es cuando me enojo.
El sueño que quiero alcanzar es ir a la cancha de Boca.
¡Mi barrio se llama Barrio Obrero y es muy lindo! Las cosas que me gustan del de él son el río, las viviendas, la capilla, el rancho comunitario y la amistad de mis amigos. Mis vecinos trabajan de albañiles y en la cosecha y siembra de batata. Tengo una vecina rara que es discapacitada y para escuchar música se pone el celular en el oído y comienza a gritar y a bailar. Los fines de semana, las personas se juntan entre amigos y hacen jodas, escuchan música y toman porrón y vino. Hay peleas pero no son seguidas sino sólo cuando están “empedos”.


La que comía relojes

Lucia tenía la costumbre de comerse todos los relojes de la casa. Cuando creció, cada vez que quería hablar, las únicas palabras que le salían de la boca eran “tic- tac, tic-tac, tic-tac”.



Una noche en el hospital

Encuentro a un hombre tirado en el pasillo del hospital. Grita como loco y al revisarlo, veo que tiene un balazo en la pierna izquierda. Le pregunto quién le hizo eso y no me alcanza a decir ni una palabra porque se desmaya.
Lo llevo urgente al quirófano para operarlo y así poder sacarle la bala de la pierna. Estoy muy desesperada al ver tanta sangre que hay en el piso y además no tener cerca a un familiar para avisarle. De pronto llaga una señora preguntando si no llegó un hombre con un balazo en la pierna izquierda. Le pregunto si es familiar del hombre y me contesta que es la esposa. Me cuenta que a él lo balearon cuando fue a comprarle un remedio a su bebé a la farmacia. Yo le pido que se calme porque su marido está fuera de peligro, pero ella no se calma.
Lo operé y a los dos días le di el alta. Entonces se fueron agradeciéndome lo que había hecho por ellos.





Me llamo Cristian Emmanuel Maldonado. Me dicen Flogger, tengo quince años y me gusta hacer deporte. Odio hacer mandados pero los hago igual. Me alegra que mi mamá y mi papá estén felices. Me entristece cuando a un compañero no lo dejan jugar a la pelota. Tampoco me gusta decir malas palabras.
Mi familia es buena, feliz y alegre.
Mi barrio es tranquilo. En él se respeta a la gente que viene de afuera.Me gusta porque la gente escucha música o va a la plaza. Los fines de semana van a la disco o a fiestas de quince; y comen asado, torta, milanesa o pizza. Lo que no me gusta es cuando gritan malas palabras. Mi vecino trabaja de bolichero. Tenemos un personaje raro al que le decimos Fierro: le grita a las personas y vive chiflando.
Yo me sueño que en un año siga jugando al fútbol, lo mismo que dentro de cinco años, para que en diez años pueda llegar a un club mejor. Me imagino que el mejor día de mi vida será cuando meta cinco goles en el ángulo, rozando el travesaño, en el club Adelante de Reconquista.


Mi barrio de viejos inmortales

Yo cuando sea viejo viejísimo voy a ira visitar a mis padres. Después de que los haya visitado, voy a pasar por lo de los padres de mis padres y después voy a visitar a los padres de los padres de mis padres. Y más tarde, a los padres de los padres de mis padres. Eso porque en mi barrio nadie se muere jamás.
Los voy a invitar a hacer deportes. Vamos a hacer deporte durante cuatro días seguidos y recién vamos a parar cuando se largue a llover y haya demasiado barro en la canchita.


Perro y gato tienen esta charla…

-Te voy a comer-dice el perro.
-¿Vos a mí? -pregunta el gato-. ¿No será al revés?
-No, estás equivocado -asegura el gato-. Los gatos comemos perros, los ratones comen gatos y las gentes comen ratones hervidos. Es así.
-¡Ah, bueno! -se disculpa el perro-. Siendo así, ya mismo disparo de aquí…





Soy Georgina Alcaraz y tengo catorce años. No tengo sobrenombre.
Cuando no vengo a la escuela, ayudo a mi mamá en el kiosco o vendo artículos con el librito de Gigot.
Me gusta bailar y odio que me lleven la contra. Tampoco me gusta como canto. Me interesa estudiar. Lo que más me gusta es cuando mi familia está unida. Somos sólo cuatro y nos llevamos bien.
Mi barrio es chico y la gente es amable y buena.
El sueño que me gustaría alcanzar es ser profesora de Educación Física.


Una mosca, una hormiga, una cucaracha
y una cuchara bailarina

Una cuchara sopera empieza a bailar. Al verla, la cucaracha le dice que se quede quieta. La cucaracha sigue bailando, nomás. Pasa volando una mosca y baja para mirar el baile. Entonces descubre que hay una hormiga atrapada dentro de una azucarera, pidiendo ayuda para salir, pero nadie ahí la escuchaba. La mosca le brinda esa ayuda pero como no consigue sacarla, le pide a la cucaracha que le de una manito. Entre las dos sacan a la hormiga y para festejarlo, invitan a la cuchara a cenar todas juntas. Pero la cuchara prefiere seguir bailando.


El origen de la luz mala

Mi abuela me contó que antiguamente, una la luz mala aparecía siempre de noche, iluminando todo desde el horizonte. Al día siguiente era el tema de conversación de todo el pueblo.
Pero una vez, unos vecinos se pusieron de acuerdo y decidieron seguirla. Así hicieron, pero cada vez que le iban a dar alcance, la luz se alejaba cada vez más. Entonces ellos continuaban siguiéndola y llegaron hasta un río, pero ella siguió alejándose.
Al día siguiente cuando despertaron, en el lugar donde había salido la luz mala, unos cazadores encontraron restos de huesos de animales. Desde entonces, la gente del pueblo dice que la luz mala sale de los restos de los huesos de anímales que quedan desparramados por los campos durante muchos años.


Conversación entre una paloma y una lombriz

Una paloma y una lombriz se encontraron en un patio y la lombriz dijo:
-¡Te voy a comer!
-Pero si una lombriz jamás podría comerse una paloma –contestó la paloma y la lombriz le explicó:
-Eso decís vos porque nunca viste que una lombriz se haya comido a una paloma.
-Nunca lo vi porque no puede ser posible.
-¿Por qué no pude ser posible?
-Porque vos sos pequeñita y yo no entro en tu boca.
-No porque vos seas grande y yo sea pequeñita no podría comerte.
Entonces la paloma propuso:
–A ver, acercarte y cómeme.
Y la lombriz muy segura se acercó. Pero la paloma de un picotón se la tragó.




Yo me llamo Iván Cueva y tengo catorce años. Tengo tres hermanos. Mi barrio es lindo, iluminado, limpio, divertido y a veces quilombero.
Las cosas que no me gustan son que roben y que discriminen. Lo que sí me gusta es hacer la tarea, juntarme con mis amigos.
Cuando sea grande me gustaría ser ingeniero agrónomo. Voy a seguir estudiando para poder llegar a ese título.



Conversación entre un plato, una servilleta
y un repasador

A la noche, cuando la gente se duerme, las cosas se despiertan.
Yo me desperté y como sentí murmullos en la cocina, me levanté en puntas de pie. Entonces escuché conversar a los platos con las servilletas y los repasadores. Esto es lo que hablaban…
-¿Hoy qué vamos a comer?
-Arriba mío, ustedes van a comer asado con ensalada –dijo un plato.
-Yo después te voy a limpiar a mano. De lujo vas a quedar –dijo una servilleta.
-Y yo te voy a secar hasta que quedés brilloso –dijo el repasador.
-Siempre decís lo mismo y después no hacés nada. Mejor nos acostamos porque nos van a escuchar –dijo el plato.
Y en seguida se durmieron. Así que yo también me volví a acostar.




Yo soy Julio César Gauna, tengo catorce años y soy medio descontrolado. Mis amigos me dicen Cato y a mí me gusta que me digan así. Lo que más me gusta de mí que soy bueno con todos.
Mi barrio se llama Luján. Es grandote, tiene muchas persona y animales. Lo que me gusta de él es que son casi todos buenos, aunque algunos hacen líos y eso no me agrada. Mis vecinos trabajan en la comuna, en el campo, en la isla, en la cosecha de batata y en el molino arrocero. Los fines de de semana comen asado o milanesas con puré, van a la disco o escuchan música y cuando hace calor van a la playa.
Voy a una escuela donde todos somos iguales, practico fútbol y me gusta hacer deportes, escuchar cumbia villera, juntarme con mis amigos todos los días y estar con mi familia. Me entristece pelear con mi familia.
Tengo un sueño: seguir estudiando y más adelante jugar en un club grandote y conocer países.


Una noche en el hospital

Estoy sentado en un banco, esperando que me atiendan en el hospital y llega una persona que le pegaron un tiro en la panza. Voy corriendo a avisarle a los doctores. Ellos llegan apurados, traen una camilla y lo llevan a la sala de operaciones. Lo atienden rápidamente y luego llaman a su familia.
Pasan tres días y el hombre sigue grave. Su familia está preocupada, vienen a visitarlo sus primos, sobrinas, abuela, abuelo y sus amigos. Los doctores le preguntan como sucedió lo del tiro. El hombre les cuenta que venia a la casa de la tía y había una guerra entre dos pandillas que se estaban tiroteando, así que le pegaron un tiro en la panza por equivocación en ese barrio peligroso.
Después lo pasan a otro hospital más grande. Pero él se siente mal, saluda a su familia y amigos y diez minutos después muere.


Hércules en mi barrio

La historia cuenta de un héroe que se llama Hércules, que lo mandaron a pelear con una hidra, que era una víbora de nueve cabezas. De cada cabeza que destrozaban a la hidra, nacía más. Y esto es lo que me imaginé después de leer el mito…
Una tarde voy por la vereda para el quiosco y me lo encuentro a Hércules, así que le pregunto:
-Hola, Hércules. ¿Cómo andás?
-Yo, bien. ¿Y vos? –me contestó Hércules.
-Con calor. ¿Y qué hacés por aquí?
-Ando por estos barrios mirando un poco.
-¡Ah! Yo me voy para el quiosco.
-Te acompaño, si querés.
-Bueno, vamos.
Y así fuimos charlando juntos para el quiosco. Cuando volvíamos le dije:
-Bueno, Hércules, nos vemos otro día.
-Bueno, Julio, gusto en conocerte. Cuando necesites que te ayude con mi fuerza, me chiflás.
-Seguro, Hércules.
Y me fui para mi casa de lo más tranquilo. Con un amigo así…


Diálogo

Borracho: -Che, yo el otro día le pegue a cinco hombres con una mano atada atrás.
Pescador: -Y yo pesqué un surubí y un dorado enormes. Los dos venían enganchados del mismo anzuelo.
Vecino serio que pasa: -¿Por qué no dicen la verdad y hablan bien? Ni ustedes se creen lo que dicen.
Borracho: -Si no nos creen, nos vamos, loco.
Y se va ofendido.


Una vaca y un tigre
El tigre encuentra a una vaca y tienen esta conversación…
-Voy a comerme tu cabeza-dice la vaca.
-¿No será al revés? -dice el tigre.
-No, en serio -dice la vaca.
-Entonces disparo de acá -dice el tigre
-Dispará si querés, pero de mí no te vas a escapar -dice la vaca.
-¿Por qué? -dice el tigre.
-Porque corro más ligero que vos y te tengo hambre -dice la vaca.
-Si me atrapás -dice el tigre.
-Con mucho gusto -dice la vaca.
Y la vaca empezó a correr al tigre. Finalmente lo atrapó y se lo comió.




Me llamo Loreley Loana Flores. Me dicen Locha, Gorda o Lore y tengo trece años. Me gusta escuchar música y bailar y odio ordenar mi cuarto. Me alegra cuando convivimos en familia. Cuando me enojo, espanto a mis hermanos.
Mi barrio se llama Mosulín, es tranquilo y callado, nadie busca peleas y todos se llevan bien. Mis vecinos trabajan en la fundición y en el molino. En él hay maestras jardineras, abogados, policías. No tiene ningún personaje raro. Los fines de semana, mis vecinos cocinan asado, pescado, carpincho, pollo, locro y empanadas. Los días de entre semana cocinan milanesa, arroz, guisos y polenta. A la siesta salen a pasear, a tomar mate y a tomar alguna bebida.
Dentro de un año me veo en mi fiesta de quince junto a mis familiares y amigos. Para ese día quisiera tener un vestido rojo y negro, zapatos rojos y estar muy hermosa para pasarla bien con mis familiares y amigos. Dentro de dos años me veo trabajando, lavando y planchando la ropa de mis hermanos y la de mi mamá y de mí papá.
Mis regalos más soñados son una moto y una computadora portátil; también sueño con ir a Arequito para visitar a mi papá, a mis tíos y primos. Quiero estudiar en Santa Fe y de allí ir a Buenos Aires para aprender muchas cosas importantes y raras, ser maestra jardinera y bailarina de tango. Para dentro de diez años sueño con casarme, tener una nena y un varón, irnos a vivir a Venezuela, donde están mis tíos y primos, tener un trabajo seguro y un buen sueldo, además de ser feliz con mi familia.


Cuento de terror
Es de noche y hay neblina. De repente suena el celular es un amigo que me llama. El lugar donde me espera es el cementerio. Como no quiero que piense que soy miedosa, me abrigo y voy diez minutos después. Entro al cementerio, no veo nada porque la neblina está espesa y encima se corta la luz. Llamo a mi amigo y alguien me toca la espalda. Escucho una voz desconocida que me dice:
-¿Querés venir conmigo a un lugar tan, pero tan terrorífico como no te podés imaginar?
-¿Donde es ese lugar?
-Ese lugar es el ataúd enterrado bajo tierra.
-¿Para qué me querés llevar a ese lugar?
-Te quiero llevar para que te coman los gusanos y los bichos como me comieron a mí.
-¡No voy nada! –le grito.
-Si no entrás al ataúd, te vas a arrepentir. Pero ya vas a entrar a ese lugar y yo te voy a visitar para ver cómo te devoran los gusanos. Vas a quedar como yo, un esqueleto puro hueso.
De repente desapareció como un humo de una chimenea y me fui rápidamente a mi casa asustada. El muerto por las noches se aparece cerca de mi cama y me repite lo que ya me había dicho aquella noche. Por eso vivo recordando esa noche. Grito tanto que las manos me quedan frías y la voz ronca.


Cuento de una abuela inmortal
Ayer a la mañana fui a visitar a mi abuela y seguía como si tuviera quince años cumplidos. Le pregunté:
-¿Cuantos años tenés, abuela?
-Ya perdí la cuenta.
-¿Cuándo naciste;
-Yo nací el 15 de septiembre del año 119.
-Estamos en el 2010, así que tenés 1.891 años. ¡Y estás como nueva!
-Así es la vida, hija.
-¿Y tu mamá cuantos años tiene?
-No se lo pregunté nunca, pero ahora me espera en su casa para tomar mate.

El gato y el pez
Estaban conversando el gato y el pez en la casa de su dueña. El gato le dijo al pescadito:
-¡Te voy a comer!
-¿Cómo lo vas a hacer?- le dice el pez.
El gato le dice:
-Tumbándote de tu pecera.
-¿Ah, sí? Hacé la prueba –le dice el pez.
En el momento que el gato estaba por tumbar la pecera, llega la niña y empezó a llorar.
Su mamá la escucho y le dijo al gato:
–¡Fuera de mi casa!
El gato salió disparando con el pez haciéndole burla desde su pecera. Y dijo enrabiado:
-No quiero dormir más fuera. Tengo que terminar con ese maldito pez.
En este mismo momento, entró. Había muchas trampas de ratón que él no alcanzó a ver. Se le prendieron de la cola y las orejas. Los dueños de la casa oyeron el papelón que hacía el gato adentro de la sala y fueron a ver qué pasaba.
Antes de irse, el gato le dijo al pez:
-Me ganaste, pero sólo por esta vez.
Y el pez le seguía haciendo burla.




Soy Marcelo Silva. Me dicen Nicolás, o Nico; tengo trece años y soy estudiante. Pero a veces trabajo en el campo. Me gusta encerrarme en mi habitación a escuchar música y si algo odio es hacer los mandados. También me gusta cuando me dicen que voy bien en la escuela.
Lo que más me gusta de mí es que siempre soy el mismo, con los mismos sentimientos. Lo que no me gusta es la vergüenza. Mi familia a veces tiene problemas, pero es tranquila.
Mi barrio es tranquilo. Lo que más me gusta de él es que es limpio. Una de sus vecinas trabaja en el vivero de la comuna y otra vende productos. Los fines de semanas hacen jodas, toman vino y escuchan música. Por lo general comen guiso, milanesas y ese tipo de cosas.
Mi sueño es conocer la cancha de Boca.


Diálogo de sordos

Borracho: ¿Cómo andas amigo, qué pescaste hoy?
Pescador: Un sábalo de 30 kilos, ¿por qué?
Borracho: Sólo de curiosidad.
Hombre serio (llegando): ¿Cómo andan?
Pescador: Yo bien, pero mi compañero anda más o menos.
Sordo (sumándose al grupo): ¿Me dijiste carnero?
Borracho (al sordo): ¿Cómo andás, cuñado?
Sordo: ¿Qué me dijiste?
Hombre serio: Él te dijo cuñado.
Sordo: ¿Y vos qué me dijiste?
Pescador: No lo hagan entender porque él no escucha.
Borracho: Si es así, andate para tu casa, nomás. No queremos sordos entre nosotros.
Pescador: No, él se queda porque es mi amigo.
Borracho: Bueno, entonces. Pero, ¿vos me querés?
Hombre serio: Dejá de hablar pavadas y andate a dormir.
Borracho: Bueno, está bien, me voy a dormir.
Hombre serio: Yo también me voy para mi casa. Así hago algo que sirva. Esta conversación no va para ninguna parte. Chau.
Pescador: Y bueno, yo también me voy.


Una noche en el hospital

Trabajo de medico, es de noche y estoy de guardia en el hospital. Entonces empiezo a sentir ruidos raros y es de alguien que precisa urgente mi ayuda. Salgo a ver qué pasa y de repente se corta la luz. Miro para todos lados y no veo nada en la oscuridad. Decido volver adonde estaba para buscar una linterna o algo para alumbrar pero no encuentro nada. Me acuerdo de que mi celular tiene linterna, lo saco del bolsillo y me voy alumbrando. Me voy a la sala de enfermería, a las de los enfermos y no veo nada fuero de lugar. Salgo afuera y tampoco veo nada. Cierro las puertas con llaves. Acabo de cerrar cuando dan la luz, pero se sigue escuchando ese ruido raro. Entones aprovecho que hay luz y vuelvo a mirar a los lugares donde fui ya estuve. Tampoco veo nada. Cortan de nuevo la luz, prendo la linterna de mi celular y salgo a mirar nuevamente. Esta vez paso por la cocina y en eso estoy cuando devuelven la luz. También vuelven los ruidos raros. Se los escucha cada vez mas cerca. Sigo buscando, sigo caminando y por ahí veo algo. Me le acerco y descubro que es la señora que limpia los pisos y atiende a los enfermos por las noches.





Me llamo Maximiliano López y me dicen Siete.
Tengo trece años. Me gusta mirar tele y no me gusta estudiar. Me alegra cuando veo a mis amigos y me entristece cuando están feos los caminos.
Lo que más me gusta de mí es cómo me visto. Mi familia es tranquila y mi sueño es terminar bien la escuela.
En mi barrio hay muchos árboles y pocos vecinos. Mi vecino no trabaja porque es jubilado. Los domingos, algunos se van de paseo y otros se quedan a atender a las visitas, comen guiso y se llevan bien.


Cuento de ancianos

Voy a mi casa, entro, cierro la puerta, tomo unos mates y más tarde salgo a pasear. Visito a unos amigos y uno de ellos me cuenta que conoce a unos ancianos que nunca mueren ni por enfermedad. Yo no le creo, pero llega un viejo a mi casa y yo le pregunto:
-¿Cuánto años tiene usted?
-Tengo 109 años –me contesta y yo le digo:
-¿Por qué tenés lágrimas en los ojos?
-Porque hoy me pegó mi mamá porque me porté mal.
-¿Su mama es viva? -le digo.
-Sí, vive aquí cerca -me contesta.
Me fui a ver a esa anciana y le pregunto:
-¿Cuanto años tiene usted?
-No me acuerdo por el pasar de los años, pero mi abuela puede saberlo -me dice entonces.
Me fui a ver a esa anciana y le pregunto:
-¿Cuanto años tiene usted?
-No sé, ni idea. Pero el cura que me bautizó sabe.
-¿El cura todavía es vivo? –le pregunto y me dice:
-Está jubilado, pero en la otra esquina.
Me voy sorprendido a ver a ese famoso cura y le pregunto:
-¿Sabe cuántos años tiene usted?
-Si, lo tengo anotado en un papelito, en el armario. Pero ahora no tengo la llave. Si quiere, se la pido a mi abuela.
Entonces vuelvo a mi casa confundido.





Me llamo Lucas Silva. Dentro de un año voy a pasar a segundo y en cinco años más voy a estar recibido y voy a estar trabajando. Y en diez años pienso que voy a tener un buen laburo.


Viejitos que nunca mueren

Tomé unos mates en casa y más tarde salí a visitar a unos amigos. Mis amigos me contaron que acá cerca había unos viejos que nunca mueren y nada les pasa. Yo no les creí, pero más tarde apareció un viejo a mi casa y yo le pregunté:
-¿Cuantos años tiene, abuelo?
Y él me dijo:
-Ahora yo no me acuerdo porque perdí la cuenta. Si te interesa, tenés que preguntarle a mi mamá.
Yo de sorprendido dije:
-¿Pero su mama vive
-Cómo no –dijo él.
Agarré mi bici y me fui a lo de su mamá.
-¿Doña, cuantos años tiene usted? –le pregunté
-No me acuerdo, hijo. Pero sí me acuerdo el nombre del doctor cuando mi mamá me iba a tener
-¿Qué, estos viejos nunca mueren? Me pregunté y me quedé mareado. Y en ese instante me acordé que mis amigos me habían dicho que había viejos que no mueren nunca.


Cuento de un sordo y un borracho

El borracho sale dispuesto a decir pavadas. Pasa por una esquina y ve a un sordo. Y le pregunta como burlándose de él:
-¿Usted es un pelotudo?
Y el sordo se ríe. El borracho dice:
-Este está loco. Yo le dije algo malo y él se ríe.
En ese instante viene un pescador y le dice al borracho:
-Pesqué un tiburón con un mojarrero.
El borracho dijo:
-¿Vos me querés tomar de pelotudo?
Y se pusieron a discutir hasta que llegó un hombre serio que le puso fin a la discusión justo antes de que se pelearan.





Yo soy Eduardo Mendoza y tengo catorce años. Me gusta ir a la escuela. Me llevo muy bien con mi familla y no me gusta que cuando pierde River me carguen. Tampoco me gusta pelear. Cuantos más amigos tenga, mejor.
Mi barrio es calmado, no tiene peleas, es un barrio prolijo y común. En él juegan a la pelota los compañeros y eso es lo que me gusta de él. No me gusta cuando hay peleas. Tiene un vecino jubilado. Los fines de semana, la vagancia se pone en pedo y entonces pelea. A veces te jetean y te buscan pelea si mirás para la casa de ellos por sobre el tejido.
Mi sueño es ir a River y jugar a la pelota para ganarle a Boca. El mejor día de mi vida sería jugando a la pelota con Ortega, Ferrari, Buonanotte, Gallardo y algunos jugadores más.


Una noche de susto

Es de noche y escucho un ruido extraño. Me voy a mirar y descubro que era un gato que tenia hambre, mucha hambre. Me tranquilizo. De de pronto pasa una sombra negra que me asusta. Para colmo, mi familia salió a comer helado y me dejaron solo con la casa.
Pienso que hay una persona que me quiere asustar. Pero no lo consigue. Hasta que suena la puerta y me quedo rígido. No sé qué hacer. Salgo a mirar y descubro que era la vagancia, que quería robar mi casa. Asusto a todos con la 12 chica y cuando se van, me quedo más tranquilo hasta que vuelve mi familia.


Diálogo entre una liebre, un conejo y un perro

La liebre se encuentra con el conejo y tienen esta charla…
-Te juego una carera le -dice la liebre.
-¿Vos a mí? –preguntó el conejo.
-Si, yo a vos -le dijo la liebre.
Pero de pronto el perro aparece y les dice:
-Yo les voy a ganar a los dos rápidamente.
La liebre le contesta:
-Pero si yo soy más rápida que vos.
-A ver, mostrámelo –dice el perro.
Jugaron la carrera y la liebre le ganó al perro y al conejo, que entró último.





Me llamo Narella Iratí Flores. Tengo trece años.
Me gusta ir a la casa de mis compañeras a tomar mate, charlar y que nos contemos nuestros problemas. Me entristece no tener a mi mamá conmigo. De mí no me gusta nada.
Mi familia está formada por mi abuelo Paco y por Dora. También tengo a mis tíos y primos.
Mi barrio es lindo, aunque la gente de los otros barrios lo discriminas diciendo que en él son todos malos y lieros. Hay gente que no quiere ir porque tiene miedo de que le hagan algo, pero yo sé que es todo lo contrario porque si vos te sabés llevar bien con tus vecinos, ellos son buenos con vos, te tratan como amiga y te protegen. Lo que me gusta de él es cuando se festeja Navidad y Año Nuevo.
No me gusta cuando se pelean entre vecinos porque se lastiman. La mayoría de mis vecinos trabajan en la cosecha de batata, de albañiles y en el taller mecánico. En los fines de de semana, la mayoría sale al boliche y algunos se quedan a tomar en su casa y después se salen peleando entre ellos. Mis vecinos suelen comer los sábados, asado y milanesa.
Mi mejor día será festejar mis quince con mi familia y mis amigos, que estén presentes las personas que más quiero, como mis abuelos, que son los que están conmigo desde que mi mamá falleció y me criaron como a una hija.
Como sueño, me gustaría ir a Buenos Aires y estudiar allá y ayudar a las personas que más necesitan. Por eso voy a juntar fuerzas y a seguir adelante para terminar mis estudios secundarios y después estudiar de secretaria. Y en diez años quiero tener una familia con hijos y ser feliz.


Noche de terror

Trabajo de médica, es noche y estoy de guardia en el hospital entonces empiezo a sentir ruidos raros y es de alguien que precisa urgente mi ayuda.
Salgo a ver qué pasa y entonces vi a una persona toda ensangrentada que salía de un cuarto de un paciente. Le pregunté qué le había pasado y me empezó a correr y me pedía que le diera sangre.
Yo corrí, corrí hasta que mire para atrás y ya no lo vi más. Pensé que sólo había tenido un sueño y regresé. Empecé a revisar las salas de los pacientes y en la 120 me encontré con ese hombre, que se estaba comiendo a un paciente. Él se dio vuelta y me miró yo muy asustada disparé. No sabía qué hacer.
Me encerré en otra sala, donde había un paciente que estaba todo comido. Encima se me cortó la luz. Yo temblaba de miedo. Esperé que volviese la luz. Cuando volvió, vi con mis propios ojos que el cuerpo masticado estaba sentado en la cama y me miraba. Quise abrir la puerta para escaparme pero no lo conseguí porque estaba muy nerviosa. Pude salir y mientras caminaba en el pasillo descubrí que todos estaban muertos. Los muertos estaban resucitando en ese momento.
Recordé que tenía el celular en mi bolso y pensé en pedir ayuda al 911. Lo busqué pero lo encontré todo destrozado. Alguien me tocó el hombro y no recuerdo nada más. Al rato me desperté y me encontré con un compañero de trabajo que me explicó que todo iba a volver a la normalidad porque cosas así suceden solamente cuando hay luna nueva.


Un gato se encontró con un pato
y tuvieron esta charla…

-Te voy a comer -dijo el pato.
-¿Vos a mi? -preguntó el gato-. ¿No será al revés?
-No, estás equivocado -aseguro el gato-. Los patos comemos gatos, los gatos comen perros, los perros comen gente y la gente come patos hervidos. Es así.
-¡Ah, bueno! -se disculpó el gato-. Siendo así, ya mismo disparo de acá.
El pato comió al gato y al pato se lo comió el hombre un guiso de pato.


Mi noche en el cementerio

Es de noche y hay neblina de repente suena el celular y es una amiga que me llama. Me dice que me espera es el cementerio. Como no quiero que piense que soy cobarde me abrigo y voy. Entro al cementerio y no veo nada porque la neblina está espesa y para colmo se cortó la luz. Llamo a mi amiga y de repente alguien me toca la espalda y escucho una voz desconocida que me dice:
-Soy un amigo de tu amiga. Ella me dijo que si llegabas a venir que te llevara en donde estaba ella.
Me dijo que me agarrara de su mano y que él me iba a llevar en donde ella me esperaba. Le tomé la mano y me llevó a un lugar oscuro lleno de telarañas, de murciélagos. Yo, muy asustada, le dije que me soltara, pero me apretó fuerte la mano y no me quería soltar. Me dijo que me tranquilizara, que nada malo me iba a pasar.
De repente llegamos a un lugar donde había una puerta enorme. Se abrió y estaban todo mis compañeros de escuela: me tenían una sorpresa porque era mi cumpleaños. Ellos organizaron una fiesta sorpresa de disfraces sin que yo supiera e hicieron una fiesta.
Todos la pasamos bien.




Yo soy Rocío Belén Zapata.
Me gusta bailar, hacer ejercicio y también limpiar y hacer las tareas de la casa. Odio cuando mis papás o mis tíos me mandar a hacer los mandados. Tampoco me gusta cuando les contesto a mis padres
Dentro de un año me imagino pasando de curso y que para mi cumpleaños me regalen una computadora. Dentro de cinco años voy a ser egresada de la escuela 314. En diez años ya voy a hacer mayor de edad, así que voy a tener una moto. Voy a procurar que no le falte nada a mi familia y que estemos todos bien. También sueño con vivir en Reconquista porque allá tengo casi toda mi familia.


Un borracho se cruza con un pescador y…

Borracho: Hola. ¿Qué hacen?
Pescador: Estamos conversando de todo lo que pesqué.
Borracho: ¿Qué pescaste?
Pescador: Pesqué cien amarillos y cincuenta dientudos y más todavía.
Borracho: Me tendrías que convidar cinco amarillitos por esta caja de vino.
Pescador: No. Mejor me voy al pueblo a vender todo lo que traje.
Borracho: Andate nomás. Pero para vender algo, primer tenés que mostrarme los pescados. Porque vos no tenés nada. Me parece que sos un mentiroso, como buen pescador.


Cuando salimos campeonas

Me fui con mis amigas a un mundial de fútbol femenino. Teníamos el primer partido contra las jugadoras de Corea del Sur, Cuando íbamos a la cancha, chocamos contra un colectivo y nos quebramos un poco. Después chocamos con una moto, pero ahí no nos paso nada.
Al fin llegamos, jugamos el partido y ganamos treinta a cero. Después ganamos el resto de partidos por goleada y salimos campeonas. Aparecimos muchas veces en la tele y en los diarios. En las noticias decía:
“Argentinas campeonas del mundo. Sus mejores jugadoras son Rocío, Mili, Emiliana, Evelín, Loreley, Antonella y Georgina”.





Soy Cristián Sánchez, me dicen Pirincho, tengo trece años y me gusta tener muchos amigos. También me gusta pasar por la casa de ellos, salir a dar unas vueltas, estar con mis hermanos y mi mamá, mis tías, mis tíos y mi sobrino.
No me gusta que me digan cosas sobre mi mamá o sobre mi papá o de cualquiera de mi familia. Tampoco me gusta tener mal carácter, porque mi carácter es lo que menos me gusta de mí.
Me imagino dentro de un año entre amigos, portándome bien en la escuela. Me sueño dentro de cinco años viajando por todos lados con mi familia y teniendo una moto para salir a andar con mis amigos por el pueblo. Y espero que dentro de diez años tenga una casa, un trabajo, un buen sueldo y andar en avión por todos lados con mis hermanos, viendo paisajes que me gusten.


Una noche con miedo

Es de noche y hay neblina. De repente suena el celular y es un amigo que me llama y me dice el lugar a donde debo ir. Ese lugar es el cementerio. Como quiero que no piense que soy gallina, me abrigo y voy.
Llego al cementerio y escucho una voz desconocida. Me tocan la espalda, me doy la vuelta y veo que no es mi amigo. Me acerco y lo miro. Tiene una cosa escalofriante. Miro hacia todas partes para pedir ayuda y no está mi amigo. Empiezo a tener miedo y salgo a correr. Esa persona sale a correr atrás de mi y me persigue hasta la puerta del cementerio. Yo sigo corriendo hasta mi casa, llego, como algo y me acuesto a pensar hasta que me quedo dormido.





Me llamo Yanina Silva. Me dicen Yani, Sole y Ani. Tengo catorce años.
Estudio y le hago los deberes de la casa a mi abuela. Me gusta tocar la guitarra y ayudar a los demás.
Odio que sean metidos cuando no son perfectos, las mentiras y los engaños, que hablen a mi espalda, los puteríos que sacan para hacer pelear a los demás. Me alegra ir bien en la escuela, que mi familia esté bien y que mi abuelo tenga trabajo.
Lo que más me gusta de mí es que nunca cambio, que siempre soy la misma, con los mismos sentimientos, el mismo carácter. Pero me transformo cuando me buscan lío: ahí soy mala.
Mi familia es tranquila, medio unida y tiene problemas de cuando en cuando. En mi barrio no molestan, es tranquilo.
Mi sueño es terminar la escuela, ser alguien en la vida y seguir siendo la misma de siempre. Me imagino que el año que viene voy a pasar a segundo año y que voy a festejar mis quince años. Dentro de cinco años tal vez termine el estudio y trabaje.


Un día me encontré con Pigmalión

Yo: ¡Hola! ¿Usted es Pigmalión?
Héroe: ¡Hola! Sí, nena, soy yo… ¿Y vos quien sos?
Yo: Yani… ¡Mucho gusto!
Héroe: El gusto es mío. Y, contame, ¿cómo supiste que era yo?
Yo: Leí un libro en la escuela que hablaba sobre vos y te reconocí por la foto que estaba en la tapa.
Héroe: ¿En serio? ¿Y qué libro leíste?
Yo: El libro donde contabas que hiciste la estatua y te enamoraste de ella.
Héroe: Sí, cómo olvidarla… ¡Era tan hermosa!
Yo: Esta re bueno el libro…
Héroe: Me alegro. Bueno, chau. Me voy porque tengo una entrevista.
Yo: Chau, suerte, que te baya bien.


Una charlita en una esquina de mi barrio

Pescador: Hey, pibe, ¿me levantás?
(El sordo sigue caminando)
Pescador: Che, ¿no me ayudás a levantarme?
Sordo: (lo mira) Perdón, ¿me habló usted?
Pescador: Sí, pensé que eras sordo.
Sordo: Sí, vivo acá a cinco cuadras
Pescador: ¡Qué me importa a mí! Me caí y me quedaron las cajas de los pescados con la bici en encima. ¿Me ayudas a levantarme?
Sordo: Noooo, yo nunca comí pescado. No le compro. Gracias.
Hombre serio (llegando): Disculpen que me meta, señores, pero ¿no me quiere vender pescado? ¿Quiere que lo ayude a levantarse?
Pescador: ¡Gracias, señor!
Hombre serio: De nada. ¿Usted mismo los pesca?
Pescador: Sí. Le cuento: una vez fui a pescar y saqué un dorado grandísimo como una ballena. ¡Qué trabajo me dio sacarlo!
Hombre serio: ¡Ja, ja, ja! Váyase a mentirle a otro usted, señor!
Borracho (sumándose al grupo): Buenas tardes. ¿Están de joda, locos? ¿Quieren un trago?
Sordo: No, señor. No quiero comprar pescado ni tampoco vino.
Borracho: Dije si querés un trago, pibe
Sordo: Le dije que no compro vino.
Borracho: (se cae al piso) ¿Me levantan a mí, ahora?
Pescador: Sí, claro.
Borracho: (abrazando al sordo) ¿Me das plata para comprar más vino?
Sordo: yo no estoy loco.
Borracho: ¡Ja, ja, ja! Este está loco además de sordo. Ja, ja, ja…
Hombre serio: Si el hombre es sordo, no lo molesten. O se la van a ver conmigo. (mira al Sordo y le habla fuerte) Vamos, señor, lo acompaño a su casa.
Sordo: A usted sí lo escucho.
Borracho: Yo me voy a una cantina donde no haiga ni locos, ni sordos, ni pescadores exagerados, ni mucho menos borrachos…
Pescador: ¡Hasta nunca! (y se fue en su bici a llevar sus pescados)
Cada cual se fue a su casa.


Charla entre un conejo y una bosta

En el bosque, un conejo se encuentra con una bosta de vaca y tienen esta charla…
-Estoy con hambre. Te voy a tragar- dice la bosta.
-¡Ja, ja, ja! Antes de que me puedas tragar, yo te voy a tragar a vos -dice el conejo.
-Ojo, que yo tengo dientes muy filosos-dice la bosta.
-Mirá los míos. Son mucho más grande que los tuyos -dice el conejo.
-No, los míos más filosos por que yo me los cepillo muy bien todas las mañanas y después de comer -dice la bosta.
La bosta enojada se lo comió al conejo sin pensarlo ni una vez.


Noche de hospital
Se corta la luz, no veo nada y encima deje mi celu en el escritorio, pienso en una linterna, me acorde que mi compañera dejo una en su escritorio por cosa de urgencia. En la oscuridad con un poquito de miedo porque los ruidos seguían, me fui a buscar la linterna, cuando case la linterna vino la luz, por las dudas la puse en mi bolsillo.
Me fui a mirar en la sala donde están los internados, fui mirando sala por sala y todos estaban descansando, les apague las luces y me fui a fuera, y mire hacia todos lados en los lugares oscuro alumbre con la linterna pero no sabio nada.
Fui a dentro, los ruidos comenzaron a sentirse otra ves, me di cuenta que esos ruidos venían de adentro y no de afuera.
Serré la puerta con llave para que no escapara, de nuevo mire las salas, esta vez mire bien. En la despensa donde se pone cosas y donde estan las llaves de la luz estaba en el suelo una señora embarazada a punto de dar a luz.
De inmediato llame a la ambulancia y la trasladaron a reconquista. Los cortes de luz, lo cortaba ella por accidente, porque quería levantarse para ir a pedirme ayuda. Era una de las señoras que limpiaba los pisos por la noche y vigilaba a los enfermos.
Nos informaron que la pasó bien y que tuvo un hermoso bebé varón y esta muy feliz.



Me llamo Yaquelina Castañeda y me dicen Yaque.
Tengo catorce años y me gusta mucho jugar al fútbol y al vóley. Lo que menos me gusta es el hándbol.
Mi familia es re-buena porque me apoya en todo. Mi barrio es divertido, pero a veces se pone aburrido.
Mi sueño es ser abogada. Ojalá que se cumpla.


Una cucaracha y una hormiga
en la mesada de la cocina

Una cucaracha le pregunta a una hormiga que se ha metido dentro de una azucarera:
-¿Cómo vas a hacer para salir de ahí?
-¡No sé! ¡Ni siquiera sé qué hice para caerme en esa maldita azucarera! –contesta la hormiga.
-Te habrás metido por angurrienta –dice la cucaracha-. Yo estoy queriendo tomar la sopa y necesito una cuchara sopera.
-Si me sacás de aquí, te ayudo a conseguir una –dice la hormiga.
-¿Podés hacerme el favor y darme de tomar la sopa? –dice la cucaracha.
-Bueno. Pero sólo porque nos tenemos confianza –dice la hormiga.



Me llamo Javier Alonso pero me dicen Chino. O también Chinito.
Tengo catorce años y me gusta hacer dibujos. Odio hacer los mandados.
Mi familia es tranquila. Mi barrio es tranquilo y bastante callado.
Sueño con ser en el futuro mecánico de motos Zanella.


A lo mejor fue un sueño…

Una noche me desperté y escuché que estaban conversando en la cocina. Me levanté y fui a mirar quiénes eran porque sabía que toda mi familia estaba acostada. Así descubrí que los que conversaban eran los tenedores, las cucharas, los cuchillos y los vasos. Me acerqué para escucharlos mejor y oí que discutían entre ellos. Cada uno decía que era mejor que los demás. En eso, un cuchillo me descubrió espiándolos y les avisó a los demás. Todos se dieron vuelta para verme. Nos quedamos mirándonos, yo no sabía que decirles. Al final, lo único que se me ocurrió fue:
-Están haciendo mucho barullo. ¿Por qué no se van a dormir?
Ellos me obedecieron y al otro día, en mi familia nadie me creyó lo que me había pasado.




Mi nombre es Milagros Salame. Me dicen Avispa Colorada, Rata Colorada, Colo, Coquito, la Coneja, Peloduro, Bronce. Tengo trece años y trabajo con mi tía. Me gusta jugar al fútbol con mis sobrinos, odio lavar los platos. Me alegra que mis sobrinitos estén todos juntos pero me entristece cuando empiezan a pelear. Me entristece que mi papá se haya ido al cielo. Pero tengo que ser fuerte y seguir adelante.
De mí me gusta mi pelo, mi ropa y me gusta cuando estoy con mi mamá; no me gusta cuando me enojo con ella, aunque después nos arreglamos. En mi familia somos nueve junto con ella. Todo el tiempo estamos muy cerca y jugamos a las cartas y nos reímos.
Mi barrio es muy lindo, pero a veces hay peleas.
Dentro de un año me imagino festejando mis quince con mis amigos y mi familia y quiero que todos la pasemos bien. También deseo que todos nos llevemos bien siempre, que seamos felices y que nos vaya bien en la secundaria, que nos podamos ir de viaje.
Dentro de unos cinco años espero que mi familia siga unida y que mis amigas encuentren una pareja y que sean felices. También quiero lo mismo para mí, que mi pareja me cuide, que me respete y que yo lo respete a él. Quiero terminar la escuela para darle el gusto a mi mamá que no le pudieron dar mis hermanos porque tuvieron que ir a trabajar.
Y para dentro de diez años sueño ser una empresaria y tener dos mellizos, casarme con una buena pareja y que mis hijos sean muy lindos y buenos con los demás, que compartan sus cosas y que sea estudiosos. También, cuando termine la secundaria, quiero ser Maestra de Educación Física y que mi mamá se ponga muy feliz y me felicite por haber terminado mis estudios.
También quisiera tener una amiga que confíe en mí, que me comprenda como amiga y como persona y que toda mi familia me regale mucho amor.


Romang interminable

Me levanto una mañana y me acuerdo que es el cumpleaños de una amiga que cumple la misma fecha que yo. Yo cumplo cien y ella cumple ciento dos años. Entonces decido ir a su casa a visitarla con mis padres, mis hijos, mis nietos y bisnietos.
Nosotros vivimos en Buenos Aires y ella vive en Romang, así que decidimos ir en auto. Como somos muchos, tenemos que viajar así porque el pasaje en colectivo es muy caro. Salimos en la mañana temprano y llegamos a Romang a la siesta.
En el viaje, poco antes de llegar, habíamos chocado a una persona y nos todos nos asustamos mucho. Pero la vimos levantarse, sacudirse la ropa y salir caminando con las manos en los bolsillos, chiflando como si nada hubiera pasado.
Llego a la casa de mi amiga y le pregunto cómo es que alguien se puede salvar de un accidente así. Ella me contesta que en Romang son todos interminables.


El gato tiene una charla con el perro

Gato: ¡Fuera, perro!
Perro: ¿Por qué?
Gato: Porque si no te vas, yo mismo te voy a sacar.
Perro: ¡ja ja ja ja! ¿Vos?
Gato: No te rías de mí porque no te conviene.
Perro: Andate antes de que se me pase la risa y te coma.
Gato: ¿Tanto hambre tenés?
Perro: Si, ando con ganas de comerme un gato. Pero cada vez que me doy vuelta, no veo ni el rastro de los gatos.
El gato dispara y ni siquiera dice adiós.
Perro: ¡Otro gato cagón!


Un susto en el cementerio

En una noche de neblina suena mi celular y lo atiendo. Es mi amiga que me llama. Dice que me espera en el cementerio y corta. Como no quiero que piense que soy miedosa, me abrigo y voy. Entro al cementerio y en seguida se corta la luz. Llamo a mi amigo y de golpe siento que me tocan la espalda. Una voz desconocida me dice:
-Vení, seguime. Vamos a charlar un rato.
Cuando me doy vuelta, veo que no hay nadie. Vuelvo corriendo a mi casa. Llego tan asustada que no quiero contarle a nadie lo que viví. Es que no tengo ganas de que mi familia y mis amigos se burlen de mí.

La primavera en la plaza

1 oct 2010



Video creado por Mauricio Hermosa